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13.3.07

Cine dominicano aún encorsetado a la comedia: "Sanky Panky"

José Enrique Pintor. Director de la película

PAPELES DE CINE
Sanky Panky, pastiche popular A bachatazos y merengazos limpios: Continúa la saga del cine dominicano

POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Hoy. Santo Domingo, República Dominicana

Como premisa fundamental, para abordar los cines nacionales emergentes, he dicho y sigo sosteniendo: toda complacencia crítica es vaga, fútil, no ayuda a en rumbar proyectos, la visión compasiva y paternal no ayuda a los cines nacionales emergentes a crecer, sí los ayuda, en cambio: una visión ajustada, crítica, que permita el equipo que hace una película a no cometer los mismos errores anteriores.

Sobre la base de estas ideas, he mantenido una línea crítica permanente al cine dominicano emergente, con la buena fe de que evolucione hacia mejores estadios de calidad y conocimiento del oficio.

Sé que en más de una ocasión esta coherencia no ha sido bien interpretada, prefiero ese riesgo antes que practicar un seudo esteticismo patriotero, ramplón, que a nada conduce y que engaña al público lector como a los que han producido y dirigido la película. Parte de esta coherencia se manifiesta, al mismo tiempo, en la promoción que entiendo se debe hacer a este cine fuera del país: porque ayuda a críticos y realizadores a entender el fenómeno cultural de las lecturas de las películas, esa otra mirada que sitúa la obra fuera del contexto que la produjo.

En más de una ocasión he insistido en el tema: tengo fe en el cine dominicano, sigo con especial atención su evolución, pero ello no me obliga a ocultar mis criterios ni mis ideas, fundamentadas en argumentaciones abiertas siempre al debate y al disenso, porque de este modo es más saludable.

1 / SANKY PANKY O LAS CONSTANTES DEL CINE DOMINICANO EMERGENTE.

Con excepciones contadas el cine dominicano emergente tiene una fascinación por el tema popular, no es difícil de entender: se busca un producto fílmico fácil de vender a una masa que busca desesperadamente que ese cine le devuelva su contra-reflejo en pantalla grande, por un lado y por el otro: el factor “actores de televisión”, es la fórmula que engancha la seguridad de un mercado posible interno que garantice una venta de boletas fluida.

En este sentido, Sanky Panky (2007) de José Enrique Pintor -Pinky- ( director también de La Victoria, 2003), no es novedosa, tiene los mismos ingredientes que la mayoría de las películas que le han antecedido, con la sola diferencia de que la película de Pintor se reclama como “comedia musical”, el desarrollo de este punto se hará luego. En otras palabras, la cinta tiene el esquema general conocido hasta el momento desde Perico Ripiao (2003) de Ángel Muñiz, aunque su especificidad es el tema migratorio.

Aquí algunas constantes que le unen a las demás películas:

-Músicas en los tramos de carreteras,
-Concepto de video clip como relleno para ganar tiempo en el discurrir del film en relación con el desarrollo de la línea dramática de la película.
-Búsqueda permanente de una conexión con lo popular vía la corporalidad, el sonido y el soporte oral de diálogos que intentan reproducir el perfil de la acción popular cotidiana: fruto de esa herencia televisiva del cine dominicano emergente.

Grosso modo, si se analiza bien, se notará de inmediato que en materia temática lo único nuevo que puede aportar Sanky Panky (2007) es el dibujo de una realidad social actual en la que la falta de fe y el desencanto espiritual ante el sistema social del país, produce en la clases populares una “rebelión” migratoria usando todas las “artes” posibles para buscar un desenlace o salida a una situación paupérrima en materia de condiciones de vida. Una metodología para poder situar esta película en relación con las anteriores, es justamente buscar las constantes, para poder definir qué de nuevo puede traer Sanky Panky (2007), última cosecha del cine dominicano.

Como colofón de este apartado, habrá que dejar constancia de algo importante: el director de la cinta, a quien no conozco de nada, ha dado muestras hasta el momento de tomar el oficio de dirigir en serio, eso tienen en su favor él y la película que acaba de entregar, no se trata de un tránsfuga, tengo la certeza de que José Enrique Pintor está en proceso de hacer ejercicio de escritura, esta es su segunda película y la factura y terminación de la misma, muestran a alguien que poco a poco realiza la experiencia para hacer películas más prometedoras, de eso quiero dejar constancia y también me reservo el derecho a errar…

2 / SANKY PANKY: TEMÁTICA SOCIAL EN PLAN COMEDIA TELEVISIVA CON FINAL “MORAL”.

La escritura del film está a cargo de José Enrique Pintor, director de la película también. La pretensión del libro cinematográfico es alimentar personajes populares con sus propios perfiles, tiene que vender esa idea y para hacerlo tiene que ir al barrio, estudiar el carácter popular de sus personajes, su contexto social, para entonces hacer verosímil en la pantalla toda la historia que desea narrar. Ello explica, en cierta manera, el carácter oral de la película, repleta de más diálogos que de escenas visuales con música, gag, especialmente en una cinta que se reclama comedia musical.

El guión de la película se plantea como tarea nutrir al máximo el perfil social de los tres personajes principales: Genaro, encarnado por Fausto Mata, y los personajes de soporte encarnados por Aquiles Correa y Tony Pascual.

El guión trata de cuidar cada detalle en los perfiles de estos personajes y sus entornos, en el caso del personaje Genaro, a veces sobre actuado por Fausto Mata, sus convicciones son tan fuertes, su disgusto es tan grande, su frustración es tan intensa, que hace totalmente imposible que el personaje evolucione de modo sorpresivo, como lo hace al final de la película, lo que no resulta ni verosímil ni creíble: porque fue construido a lo largo de toda la película sin fisuras posibles, para el desenlace final. Si el guión hubiese previsto algún detalle que enganchara con el final, hubiese sido más razonable, aceptable, en todo caso: funcional.

Pero el guión de una película en sí mismo, no es la película, la puesta en escena de lo que escribe pudiera variar, a pesar del tesón del director, si el soporte actoral no tiene las indicaciones necesarias para evadir el discurso oral tipo televisión: esos diálogos estridentes y sin pausas posibles o las respuestas verbales mecánicas sin estar acompañadas de la naturalidad histriónica posible.

Se confirma una vez más, que la fórmula actoral televisiva mantendrá al cine dominicano, no sé por cuánto tiempo, en una trampa de identidad propia muy grave, advertida por quien escribe en los textos escritos sobre la película Perico Ripiao (2003): que Sanky Panky (2007) haya logrado movilizar a hasta el momento casi medio millón de personas y ello quede como récord de asistencia (a la hora de escribir este texto, deben ser mucho más ) eso es importante, demuestra que el mercado interno está activo y quiere responder: ¿ hasta cuándo con esa misma fórmula y temática estará dispuesto a responder ese mercado ?. Eso no lo sabe nadie, pero sí se sabe que la empatía entre Sanky Panky y el público tiene tres factores dignos de ser tomados en cuenta:

A) Una temática social con una carga de representatividad popular muy intensa: el tema migratorio.
B) La explotación de soslayo de frases que retratan condiciones de vida de la población, a título de desahogo y humor.
C) Público convocado por la pantalla chica hacia la pantalla grande.
D) La síntesis del contenido social-musical de la cinta- la popularidad de la bachata/reggeton sin boleros posibles.

Estos factores conectan con un público televisivo y popular, en este sentido Sanky Panky (2007) sí tiene componentes de excepción que dentro del esquema general del cine dominicano, le diferencian.

3 / AVANCES TÉCNICOS, ACTORES, GRAN FINAL EN LA COMEDIA MUSICAL SANKY PANKY.

Está fuera de toda duda, de que la película Sanky Panky (2007) muestra la disposición de un personal dominicano para el manejo de altas tecnologías fílmicas y la constancia de algunos técnicos, caso Elías Acosta, para mantener la calidad de un trabajo fotográfico apreciable. La película como tal tiene buena factura y en este sentido supera a muchas de las películas anteriores: buena fotografía, bien filmada, la historia narrada de modo aceptable, aunque no me convencen los criterios de “comedia musical”, en todo caso se convierte en un pastiche sonoro fácil para tratar de complacer peticiones como en el mejor estilo de la radio.

El tema de los actores es otro de los retos del cine dominicano: el cliché televisivo ya escribí anteriormente sobre esto, reitero: ir a la pantalla grande a realizar esas concesiones al público masivo, entrampará la trayectoria del cine dominicano, ojalá sea por poco tiempo… Vale la pena destacar como algo sorpresivo, en cambio, la aparición coprotagónica de Zdenika Kalina quien con su actuación contenida ponía en evidencia el sello o la “escuela televisiva” de los otros actores, lo desigual del conjunto de las actuaciones.

El gran final de Sanky Panky, no se sostiene, porque un poco a la usanza del viejo “realismo socialista” súbito, se larga una perorata moralista al final, para tratar de recoger la vergüenza y el desmadre de una forma automarginal de vida, que a lo largo de los 93 minutos de cinta no da señas de redención alguna, pero de golpe, como luz de evangelista en campaña Genaro (Fausto Mata) “reacciona”, para un gran final no convincente.

Sanky Panky (2007) dirigida por José Enrique Pintor, es otra película en esa larga carrera hacia la búsqueda de solio propio del cine dominicano, con ella volvemos a repetir las fórmulas y andanzas conocidas, con esta cinta: ¿Se ha avanzado en este largo camino hacia la identidad parcial del Cine Dominicano?... Me temo que aún nos falta…
(Cfe)
Hoy. Areíto. 10.03.07
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