Notas y Noticias de Vetas

Noticias y notas del mundo cultural

Nombre: pedsarod
Ubicación: santo domingo, Dominican Republic

17.1.07

2007: AÑO DEL CENTENARIO DE FRIDA KALHO




Las 6 "Fridas" que guarda Tlaxcala
El museo del estado posee este tesoro de la pintora, de quien se celebrará el centenario de su nacimiento; las piezas son más conocidas en el extranjero que en México.

Frida Kahlo

Miguel Angel CeballosEl Universal/ Mexico
Miércoles 17 de enero de 2007

TLAXCALA, México.— Esta ciudad guarda un tesoro que muy pocos conocen pero que ha provocado que se comience a hablar de ella en países como Inglaterra, Alemania y Puerto Rico. El Museo de Arte de Tlaxcala (MAT) es dueño de una colección de seis obras tempranas de la pintora mexicana más cotizada en la historia: Frida Kahlo (1907-1954), de quien este año se celebran 100 años de su nacimiento.

Aunque modesta —apenas son dos óleos, tres acuarelas y un dibujo—, se trata de una colección que ya quisieran tener colgada en sus paredes los museos más prestigiosos del planeta, pues la creciente importancia que ha adquirido Kahlo ha desatado una especie de "fridomanía". Por ejemplo, el Museo Dolores Olmedo tiene peticiones para prestar su colección de 26 obras de Frida durante los próximos cinco años.

El MAT, un recinto abierto en mayo de 2004, tiene dedicada una de sus seis salas a su joya: las obras que en 1982 fueron adquiridas por el gobierno estatal, a través del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura al sacerdote Rubén García Badillo, quien las tenía porque heredó el acervo del escritor Miguel N. Lira, amigo de Kahlo desde su época de preparatorianos (el monto pagado no fue revelado; el sacerdote sólo acotó que fue "algo simbólico").

Durante varios años estas piezas permanecieron en resguardo en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México, pues en Tlaxcala carecían de un espacio adecuado para su exhibición y protección.

El MAT tiene su sede en un edificio del siglo XIX que se hallaba bastante deteriorado; en la restauración sólo conservó su fachada original. Ubicado en el número 21 de la Plaza de la Constitución, en el centro histórico, se encuentra entre la oficina postal y el Sistema de Administración Tributaria de esta ciudad que apenas rebasa el millón de habitantes. Aunque la fachada es histórica el interior es el de un museo moderno de dos pisos cuyas salas tienen las condiciones adecuadas de iluminación, temperatura y seguridad que marcan los lineamientos internacionales. Tiene seguridad las 24 horas y cuenta con un circuito cerrado de televisión, así como con bodegas de tránsito con cerraduras especiales.

Obras tempranas
Las obras fueron realizadas entre 1925 y 1927, es decir, cuando Frida apenas tenía entre 18 y 20 años. De ahí la importancia histórica de este acervo, indica Helena Hernández del Valle Arizpe, actual directora del MAT, quien asegura que gracias a Frida los tlaxcaltecas han podido ver en su estado obras tan importantes como un San Francisco, realizado en 1605 por El Greco, traído a México a cambio de la exhibición de los cuadros de Kahlo en el Museo de Arte Ponce de Puerto Rico.

Esta colección también formó parte de la exposición-homenaje realizada por el Museo del Palacio de Bellas Artes en 2004, cuando se conmemoró el 50 aniversario luctuoso de la autora de Las dos Fridas. También viajaron para la muestra que realizó en 2005 la Tate Gallery de Londres, Inglaterra; y que después fue exhibida en Hamburgo, Alemania. Las obras revelan a la Frida de la preparatoria, la joven que fue parte de "Los Cachuchas", un grupo conocido así porque usaban gorras de mezclilla como forma de rebeldía contra la vestimenta de la época.

"Los Cachuchas" estaba integrado por Miguel N. Lira (1905-1961), Alejandro Gómez Arias (1906-1990), José Gómez Robleda (1904-1987), Manuel González Ramírez (1904-1979), Carmen Jaime, Agustín Lira, Jesús Ríos Ibáñez y Valle, Alfonso Villa y Frida Kahlo.

El arte como escape del dolor
La colección de Tlaxcala también deja ver cómo la joven Frida se refugió en el arte para escapar de los intensos dolores que tenía como consecuencia del accidente que sufrió en 1925, cuando el camión en que viajaba chocó contra un tranvía y le provocó severos daños en la columna vertebral.

Las acuarelas son Muchacha pueblerina, obra sobre papel de 14 por 23 centímetros en la que Frida dibuja a una joven con vestido largo, rebozo y peinado abombado. Detrás de ella hay un paisaje semivacío, con sólo dos colinas, una pequeña casa y una vía de tren que atraviesa a la joven por la mitad, seguramente en referencia al accidente.

En Échate l'otra pareciera que la artista reproduce algún lugar de su barrio Coyoacán, en donde en la esquina de la calle se ubica la pulquería que le da nombre a la obra, y detrás una iglesia, un parque y una fonda. La acuarela fue hecha sobre una hoja de papel de 17.5 por 24 centímetros.

La tercera acuarela es Frida en Coyoacán, obra sobre papel de 18.5 por 24 centímetros. Aquí, Frida se autorretrata en primer plano; detrás hay árboles, casas y nuevamente la vía de un tren.

De la obra también se tiene el boceto en lápiz sobre papel. Las pinturas son Pancho Villa y Adelita y Retrato de Miguel N. Lira, ambos fechados en 1927 y con dimensiones de 65 por 45 y 106 por 74, respectivamente. Estos dos óleos son los más solicitados en préstamo: el Retrato de Miguel N. Lira actualmente forma parte de una exposición en el Museo de Arte Popular, en la ciudad de México; el otro acaba de ser restaurado por el INBA. Hay una séptima pieza que no está en exhibición sino en las bodegas del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura: una tabla de madera de 62 por 41.5 centímetros, con inscripciones realizadas entre 1948 y 1950. Pertenecía a Miguel N. Lira y en ella Frida hizo un pequeño autorretrato con su cabello recogido dentro de una gorra y escribió: "Chong Lee, Mike, hermano de siempre, no te olvides de la cachucha N° 9. Frida Kahlo".

Múltiples peticiones
A pesar de que existen múltiples peticiones para que el MAT preste su colección de Frida Kahlo, la directora dice que durante este año que se celebra un centenario del nacimiento de la pintora, las obras no saldrán del museo y se quedarán ahí para el disfrute de los tlaxcaltecas y los 40 mil visitantes que tienen al año. "Si en 2008 tenemos una solicitud, posiblemente salgan pero en el entendido de que recibamos obra importante a cambio", dijo Hernández.

Este recinto muestra en sus otras salas obras del acervo del Instituto, entre las que figuran creaciones de Federico Silva, Teódulo Romo y José Agustín Arrieta; y ofrece muestras temporales, en la actualidad, una serie de Francisco Toledo. El costo de entrada al Museo de Arte de Tlaxcala es de 20 pesos, con 50% de descuento para menores de 12 años y adultos mayores de 65; los domingos la entrada es gratuita.

-----
Ir al inicio de esta página:
Ir a la portada de Vetas Digital:

REEDITARÁN DISCOS DE NINA SIMONE Y MILES DAVIS


Nina Simone y Miles Davis
.
Estrellas de Jazz
La cantante airada y el trompetista existencial

La tía Sarah tenía la espalda fuerte y cansada de soportar el dolor infligido una y otra vez. Peaches estaba dispuesta a matar al primer desgraciado que se cruzase en su camino, tal era el amargor que sentía. Como Siffronia, que se sabía hija de una esclava y un rico blanco al contemplar su piel amarilla en el espejo. ¿Y Sweet Thing? Ella ofrecía sus labios de vino a quien pudiese pagarlos.

Estos cuatro personajes ficticios habitan en Four women, una de las canciones más desgarradas y emblemáticas de Nina Simone (1933-2003). Como el resto de las contenidas en Diva, fue grabada por la cantante y pianista a mediados de los sesenta. En plena era de lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, cuya bandera enarboló una Simone airada y con las únicas armas de las que disponía; su forma melodramática y arrastrada de interpretar al piano, el trémolo profundo y escalofriante de su voz y las pocas ganas de callarse nada. "La esclavitud nunca ha sido abolida del modo de pensar americano. El fin de la segregación es una mera broma", declaró a propósito de su tema antirracista "Mississippi Goddam".

Pero como queda demostrado en esta colección de éxitos, grabados durante su contrato con el sello Phillips, el compromiso político no fue más que una de las facetas en la vida de la chica que quiso convertirse en la primera concertista negra de la historia y tuvo que conformarse con cambiarse el nombre (Eunice Waymon se reinventó en 1954 como Nina Simone, en homenaje a la actriz Simone Signoret) para acceder a la inmortalidad como intérprete a medio camino entre el jazz, el folk y esas canciones que suenan cuando los clubes llevan horas cerrados. Podía, por ejemplo, regalar versiones definitivas de temas de otros (I put a spell on you, de Screamin' Jay Hawkins, con la que se abre el disco); demostrar sus dotes como pianista, entre la formación clásica de su juventud y el bop de Bud Powell; o crear atmósferas densas como la de la extraña y bellísima Lilac wine, que décadas después rescató el mártir del rock Jeff Buckley para la generación MTV.

Madrugada en París
Y si en la diva Nina Simone todo suena arrebatado e intenso, la trompeta de Miles Davis se sitúa en el extremo contrario, leve y etéreo, de las cosas.

Todo lo que acontece en el álbum "Ascensor para el cadalso" transcurrió durante una madrugada de diciembre de hace 50 años en un "edificio lúgubre" de París.

O así quedó registrada la leyenda. Un trozo del labio dañado de Miles obstruía la boquilla de la trompeta y forzaba aquella noche la melancolía de su sonido. La chanteuse existencialista (Juliette Greco, que había seducido a Davis) y el novelista y poeta descarnado (Boris Vian) estaban allí para recordarlo todo.

Mientras, la actriz Jeanne Moreau ponía copas y el quinteto de jazz (Miles Davis con el respaldo de un quién es quién de la escena parisiense de la época) improvisaba sobre las imágenes proyectadas por un joven y debutante director.

Louis Malle era su nombre, y había convencido a la estrella de jazz estadounidense de gira en la ciudad para poner música a su obra, que iba a convertirse en una de las primeras piedras de la extensa carrera del cineasta, así como en una de las obras inaugurales de la nouvelle vague francesa. La película, Ascensor para el cadalso, contaba la historia de un crimen perfecto, como casi siempre, truncado. Y la música esquemática de Miles Davis subrayaba la atmósfera de cine negro (versión polar francés) y la angustia de Jeanne Moreau, caminando arriba y abajo por los Campos Elíseos, preguntándose si habría sido traicionada por su cómplice, interpretado por Maurice Ronet, y atrapado en el elevador del título.

La banda sonora fue editada (y premiada) el año siguiente y aún hoy cuenta como uno de los más avenidos matrimonios entre cine y jazz jamás registrados.

Además de superar con creces la categoría de lo anecdótico en la historia de Davis, al que se le atribuye el haber revolucionado el jazz unas cuantas veces. En este disco, coinciden los expertos, se puede adivinar la deriva hacia el jazz modal (en el que la base rítmica funciona como una hipnótica plataforma para el despegue de los instrumentos solistas) que tomó la carrera del trompetista en los sesenta y setenta.

Iker Seisdedos / El país, 17.1.07

-----
Ir al inicio de esta página:
http://notasynoticiasdevetas.blogspot.com
Ir a la portada de Vetas Digital:
http://vetasdigital.blogspot.com


BloGalaxia