X Feria Internacional del Libro / Poeta español Antonio Porpetta renuncia al 1er Festival Internacional de poesía
X FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO
La poesía dividida
Porpetta remitió (vía electrónica) las razones de su no participación en el Primer Festival de Poesía Clima de Eternidad
SANTO DOMINGO, República Dominicana-
Mármol, presidente del Primer Festival de Poesía Clima de Eternidad precisa que se sintió irrespetado por Porpetta, cuando solicitó una aclaratoria de cómo se habían dividido las lecturas del cónclave. "En sus palabras insinuaba que no éramos capaces de organizar un programa para un festival y eso responde a una mentalidad neocolonialista que nosotros de ninguna manera podemos aceptar”, precisó Mármol.
Durante el encuentro con la prensa de los 26 poetas internacionales, el presidente del Festival dijo que la organización complació en todas sus exigencias al creador español, del cual incluso se anunció que impartiría una serie de talleres.
“Lo complacimos en todo, fue el poeta que más exigencias nos hizo y lo complacimos de buena fe, pero ya eso no era tolerable entonces, yo le respondí con toda responsabilidad diciéndole que nos había irrespetado que había enviado una comunicación con un tono arrogante y que no estábamos en condición de aceptar ese tono que yo en mi condición de presidente del festival le reiteraba la invitación a que viniese que lo íbamos a recibir cortés y decentemente como lo hacemos los dominicanos pero que el tenia que colocarse a esa altura. Eso fue todo”, dijo Mármol.
Sin embargo, en un documento la poeta Nacidit-Perdomo pidió disculpas a Porpetta. “Considero –y pido disculpas anticipadas si me excedo en mi apreciación- que es cobarde aquel talento artístico que menosprecia a los otros, que habla parecido a los faunos, tirando al suelo a la imaginación, al analfabeto e hiriendo a las inteligencias con un eufemismo que avergüenza”, escribe.
La poeta, que respondió a Mármol –con otro documento-, señala: “Leer las declaraciones de Antonio Porpetta ha provocado en mí más asombro que el que tuve en días anteriores. Entiendo que ya es difícil volver a ser idealista, porque veo –con horror- que el fascismo sobrevive en sujetos que aprietan los dientes, que con expresiones desafortunadas pueden querer y perseguir la extinción de otros poetas, y proclamar la inutilidad de la libertad de pensamiento”.
Antono Porpetta
"Con fecha 3 de abril, y tras recibir el Programa “definitivo” (así constaba en el encabezamiento) del Festival, preguntaba yo al poeta Mateo Morrison, con quien me une una antigua y cordial amistad:¿A quién se le habrá ocurrido, y con qué criterios se habrá hecho, la brillante clasificación de: a) Poetas de cuatro lecturas públicas; b) Poetas de tres lecturas; c) Poetas de dos lecturas; y d) Poetas de una lectura? Genial.
Se me contestó, amablemente, que iba a revisarse ese Programa para una distribución de lecturas más racional, como así se hizo en efecto.
Pero días después, el 15, recibo un mensaje de José Mármol en el que, con una sintaxis y un sentido de la puntuación ortográfica algo preocupantes, y declarándose autor del mencionado programa, se me dedicaban lindezas como: “su petulancia”; “…no tiene usted derecho a cuestionar, bajo ningún pretexto, a personas que le han tomado en cuenta para invitarle…”; “antes de invitarle a usted en representación de la renomblable (sic) poesía española (…) quisimos que su país fuera representado por poetas como xxx y xxx, quienes se disculparon por no poder asistir…”; “su tono arrogante e irrespetuoso”; “su actitud prepotente”… Y menos mal que no habló de mi miseria espiritual o de mi mediocridad, como cuando se refiere, públicamente, a algunos de los escritores dominicanos que no están de acuerdo con él.
Ante esta asombrosa sarta de sandeces -sólo denotativas de cierto grado de inmadurez o de una clara incapacidad para las relaciones humanas- y considerando su intención insultante, denigratoria, ofensiva e injusta, decidí, de manera definitiva, cancelar mi participación en el Festival, y así lo comuniqué al Sr. Morrison. Era la única respuesta posible, por mi propia dignidad.
Añadiré que llevo cerca de 25 años recorriendo el mundo con lecturas poéticas, conferencias, seminarios, etc. y que he participado en una gran cantidad de Festivales, Congresos, Simposiums, etc. Jamás me había encontrado con algo parecido. Pienso que un Festival dirigido por alguien que no sabe reaccionar serena y educadamente ante una crítica -y los comentarios que leo en Clave Digital y en otros medios me lo van confirmando- está condenado al fracaso, o a no alcanzar el éxito que se merecen quienes han colaborado seriamente y de buena fe en su organización. Ojalá no sea así.
Y siento mucho que este estúpido incidente me prive, por ahora, sólo por ahora, de visitar a mis hermanos poetas dominicanos, a los que desde aquí envío mi más cálido abrazo y mi más sentida admiración”.
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Ylonka Nacidit Perdomo
Y cuántas veces al hablar de nuestra verdad hemos creído hablar de la verdad que interesa a las grandes mayorías, y nos hemos sentido emocionados por ello/ porque sabemos que el líquido de la verdad altera el pulso y/ envía una carga no acostumbrada al corazón, que puede/ convertirse de este modo en una suerte de Esfinge sin enigmas.
Y así creemos vivir aproximándonos a lo/ perfecto.
En realidad sólo lo que hace el hombre por enaltecer al hombre es trascendente”.
Roberto Sosa, Fragmento de un poema del libro “Un mundo para todos dividido”, Editorial Guaymuras, sexta edición 1984, p. 30
EPILOGO
P- “¿Sabía la renuncia de tres poetas que conforman el comité del festival?
I.- HEROES E HISTORIA
El discurso historiográfico hispanoamericano de los siglos XVI y XVII constituye un relato de aventuras y desventuras, o bien, la sucesión de los naufragios e infortunios de los conquistadores europeos, y su peregrinación por las vastas tierras de las llamadas Indias Occidentales, merced al Imperio español.
Por lo contrario, el discurso de los siglos XVIII y XIX posee otro tipo de mixtura dominante: la búsqueda de los valores de la libertad, la hazaña del héroe, y las causas de la Independencia política de las colonias.
El escritor venezolano Arturo Uslar Pietri, en su obra Fachas, Fechas y Fichas, que es una compilación de breves ensayos, destaca que “de América surge el tercer mito (…) que no es el mito de la Edad de Oro en el pasado, sino el mito de la existencia y de la realidad histórica, de la posibilidad de realizar una sociedad que tenga todas esas virtudes que Colón creyó descubrir en el indio americano, cuando tuvo la primera visión de los habitantes de esta tierra desconocida”. Estas virtudes-al decir de Uslar Pietri son: 1. el derecho del hombre a la felicidad; y 2. el regreso del hombre al estado de la igualdad y de la libertad (“al estado en que nadie tenía que temer de nadie, y por lo tanto todos podían vivir en paz, en felicidad, y en tranquilidad creadora”).
Indicando más adelante, Uslar Pietri que: “cuando en la América Latina se dicta la primera Declaración de los Derechos del Hombre por un Congreso americano, que es la que dicta el Congreso de Venezuela el 23 de julio de 1811, en una proclamación de los derechos del pueblo, los dos primeros artículos recogen” un eco de Montaigne y un eco de lo dicho por Rousseau, y un eco de la Carta de Colón de 1493, que recogen exactamente la misma visión europea: “El fin de la sociedad es la felicidad común y el gobierno se instituye para asegurarla (…) Consiste esta felicidad en el goce de la libertad, de la seguridad, de la propiedad, y de la igualdad de derechos ante ley”, para añadir yo que la felicidad de una sociedad descansa en los hombres que siembran y hacen crecer el árbol de la libertad como árbol de pensamiento, y en aquellos que hacen crecer el árbol de las injusticias sociales.
Es así como partiendo el hombre americano del mito de la Edad de Oro, que es el más remoto y nostálgico que conozcamos, que los latinoamericanos del siglo XIX construyeron el mito de la existencia y de la realidad histórica presente como “un hecho que está ocurriendo en el presente”. Este mito fue el que permitió a los hombres que estaban en sus afanes de hacer las guerras de la Independencia comprender que las naciones deben luchar cada vez más contra la crueldad de los opresores y contra la violencia injusta para cambiar la concepción del mundo ante el crimen, la miseria y las desigualdades.
II.- MORAZAN, PALABRA Y ESPADA
En la historia de Hispanoamérica hay un héroe poco conocido para los dominicanos. Me refiero al general hondureño Francisco Morazán, cuyas Memorias fueron impresas en París en 1869, y cuya biografía ha sido extensamente recreada por los historiadores hondureños Juan Valladares Rodríguez, Ramón Rosas y Víctor Cáceres Lora en su obra Gobernadores de Honduras en el siglo 19.
Morazán nació en Tegucigalpa (Honduras) en octubre de 1792. Murió asesinado por un pelotón de fusilamiento en San José de Costa Rica, aquel trágico 15 de septiembre de 1842, dejando sellada con su sangre los ideales de independencia, progreso social y unidad de los pueblos centroamericanos.
Sus Memorias son como el relato de un viaje, cuyo sentido no es el simple sentido del desplazamiento espacial y la trayectoria iniciada, sino que son el relato de una conciencia que interpreta y representa la legitimidad de un profundo sentimiento de justicia. Morazán unía para sí a la palabra y a la espada, ya que entendía la igual que Goethe que “la audacia entraña magia, poder y genio”, y que la luz de la historia era como un relámpago, en el cual convenía a los pueblos que apareciera un hombre extraordinario, capaz de oponerse a los estragos, y que pudiese llenar sus objetivos, no sólo por la elevación de sus ideas, sino también por las cualidades de su carácter.
Por la lectura de las Memorias de Morazán podemos ver que el héroe, que el conductor, que el creador, que el intelectual de un pueblo, es un individuo que debe comprender el sentido de los procesos de transformación, cuya señal y símbolo es saberse reponer a sentirse andar acosado y sometido a rigurosas pruebas, para logar el hallazgo del camino, y el encuentro con su hogar, que es entonces la verdad.
Otro texto morazámico como el Manifiesto de David nos permite entender que el héroe, o quien se erige en conductor de su pueblo, debe saber leer el sentido de los hechos vistos y vividos por su pueblo en el pasado como testimonio de la verdad histórica o prueba viviente de que la acción humana -en este caso, la acción de los intelectuales- necesita surgir de un hombre que tenga fe en sus hechos, y profunda convicción sobre sus capacidades intelectuales.
Por tanto, el Manifiesto de David se coloca dentro del discurso morazámico en un testimonio-confesión del héroe mismo, en una prueba jurídica, que hace un relato de los servicios brindados a su pueblo, y a la defensa de su causa. El sentido auténtico de este documento nos muestra, sin lugar a dudas, la dura lucha de los hombres de sobrevivir resistiendo la agresión de enconados adversarios, sin otro auxilio que el de la Providencia. Morazán tuvo en suerte la pluma de escritor que, al embrión de la funesto dio alma a sus discursos y al laberinto que lo rodeó para coronarse de gloria.
La universalidad de Morazán se origina en la permanencia de su sensibilidad humana y social, puesto que la vida del héroe, del conductor, del creador, del intelectual de un pueblo, es como la de aquel hombre que abandona la vida cotidiana para afrontar una serie de peligros y sufrimientos que forjarán en él a un individuo apto para conocer y asumir el proceso que exige al héroe triunfar, e inmolar su persona en la historia.
Morazán asumió su existencia habitual como el navegar de un marinero por los grandes puertos del mundo, mientras se conduce a un paisaje distinto para caminar por las orillas de otras tierras. Todo héroe, todo creador, todo intelectual está siempre llamado por su pueblo a la lucha y a la ayuda, por lo cual después de su muerte su rol de conductor y ejecutor constituye un verdadero símbolo de inspiración y de tradición, porque sólo el héroe, el creador, el intelectual verdadero puede entregar sus dones a las generaciones futuras.
Fue así como Francisco Morazán en el siglo XIX buscó -a partir de la realidad histórica de nuestros pueblos- proyectar la necesidad de crear una sociedad de naciones hermanas, para plantear en términos universales la democracia, el derecho de los pueblos a organizarse y las concepciones de la libertad política, que sería el ejercicio de la soberanía de las nuevas repúblicas.
La idea de federación en Morazán fue concebida como una acción política unitaria, a través de un pacto de ayuda y cooperación entre los Estados, o mejor dicho, en sus propias palabras, como “una nueva forma de equilibrio fundado en el derecho y la justicia para asegurar la paz”. En este sentido él compartía las ideas de ese extraordinario precursor que fue Bolívar, quien planteaba un “equilibrio del universo”, que es lo que se continúa llamando, aún en el día de hoy, como un nuevo orden mundial.
Tanto Bolívar como Morazán no sobrevivieron a su generoso empeño ya que la historia de hispanoamericana no ha dejado de ser una historia de fragmentación, no de la unidad. Aunque la idea de federación de las repúblicas de Hispanoamérica fue la idea del genio, las naciones americanas prefirieron crear, y unirse, al concepto político de independencia. No en vano Germán Arciniegas, otro pensador latinoamericano ha expresado en su libro América en Europa que: “La Gran Enciclopedia, en que bebieron la ciencia de la revolución los hombres que iban a transformar la sociedad de fines del siglo XVIII, no le da ningún significado político a esta palabra. Tan solo la trata, y bastante hostilmente, desde un punto de vista filosófico y moral como “piedra filosofal del orgullo humano y la quimera tras de la cual corre ciego el amor propio”.
III.- INTELIGENCIAS INTELECTUALES
Es así como llegan los hispanoamericanos en el siglo XX al mito de la existencia y de la realidad histórica presente, y los intelectuales dominicanos en el sigo XXI a no comprender aún a qué archipiélago o confraternidad de naciones pertenecen, más aún cuando observamos lo que las inteligencias intelectuales plantean como “miseria espiritual del intelectual”.
Entendemos que ante este panorama nada alentador de ejercicio de humildad al emitir opiniones es, oportuno tener en cuenta la extraordinaria diversidad de opiniones en los sistemas de pensamiento del mundo civilizado, lo cual requiere un tratamiento abierto sin arbitrariedades o tergiversaciones, por lo que, la conducta ética de los intelectuales no puede ser particularmente incómoda y desajustada a los criterios de la racionalidad.
En el momento actual, en la República Dominicana, hay una competencia irracional entre intelectuales oficialistas y no oficialistas por obtener para sí el árbitro de la literatura, desarticulando la identidad física, política, social, cultural y humana del pueblo dominicano, sin prever los azares de la vida.
La acción intelectual no puede minimizar los medios pacíficos y armoniosos de la convivencia, y aproximarse en su papel al egoísmo ilustrado del siglo XVIII. Es extremamente necesario que los intelectuales comprendan con suficiente claridad la infinita diversidad y magnitud de los intereses nacionales de los países pobres como el nuestro, puesto que la defensa de las democracias, de los estados nacionales y del pensamiento se justifica, y es compatible, cuando los actores –en este caso, los intelectuales-, asumen el compromiso y la defensa de las causas de los más necesitados, y no se ponen al lado y al servicio de la clase económicamente gobernante a través del maquillaje del poder y del legalismo político.
Quizás exista un código absoluto de normas éticas o una ley natural de los imperativos absolutos para que prevalezca en una comunidad –en la esfera de las responsabilidades históricas de la acción intelectual- la elección de construir una convivencia entre los seres humanos y un futuro menos hostil y agresivo.
Quizás –los dominicanos- debemos reconstruir nuestra subjetividad como nación ante la apremiante necesidad de una nueva imagen del intelectual; tal vez este segundo milenio abre el paso a los dominicanos a otra utopía para contemplar un mundo que sobrevive fragmentado por la desesperanza; sin embargo, siempre existirá una primavera o un verano para amar la libertad, el pensamiento y el derecho a disentir con dignidad.
IV.- MAYORIAS Y MINORIAS
Es indiscutible que algunas mentalidades intelectuales de nuestra nación, con las precisiones mutuas de su comportamiento, no valoran la especificidad institucional en cualquier tipo de interacción social.
Los intelectuales dominicanos deberían tener como agenda pendiente debatir la situación de las clases empobrecidas por el modelo neoliberal, así como su adhesión a las estructuras de los partidos como agencias para el ascenso social de los “intelectuales”; la renovación del liderazgo político mesiánico y sus dinámicas de cambio.
Los intelectuales- creo, quizás esté totalmente equivocada- deben conocer, analizar y debatir el pensamiento político y social de las clases dominantes (la minoría) y dominadas (la mayoría), sus premisas en el orden filosófico, empírico o pragmático, sus preocupaciones y argumentos, así como el funcionamiento opresor del sistema de Estado capitalista, en fin, los problemas básicos de nuestra sociedad, trayendo en sus carpetas de trabajo, además de buena voluntad, prudencia y tolerancia, y una agenda de puntos relevantes para la discusión que requiere la atención nacional para este período histórico de una crisis con características muy complejas.
En el debate que sugiero –y me perdonan, por favor, que me atreva a sugerir- se hace necesario que los intelectuales dominicanos propongan y den respuestas sustanciales a la participación real de las mayorías empobrecidas, marginadas, y excluidas por las elites dominantes para la conformación de una democracia más participativa (¡no de cliché!), donde se preste atención a la recapitulación de hechos y acontecimientos específicos nacionales que han caracterizado el devenir de las dos últimas décadas de la formación social dominicana, su origen, sus factores y las dificultadas inherentes.
Una segunda lectura de los temas a tratar por los intelectuales conviene que se enfoque en visualizar y comprender la realidad política actual de la República Dominicana, los equilibrios parciales del sistema, el universo político (con sus variables mensurables) insertado en el universo social, la filosofía valorativa del cambio, el sociologismo como intento para la total objetividad, sin omitir los pensamientos metafóricos a través de la palabra de aquellos que se creen dueños de la verdad absoluta o representantes de las élites dominantes.
En fin creo que, los intelectuales deben aceptar, sin reservas, el relevo generacional, que sin lugar a dudas requiere aún más de una sociedad pluralista y categóricamente disciplinada, cuya alcance mayor sea la justicia social, para abolir las continuas ambivalencias de este concepto y la constante discriminación a la libertad y al pensamiento como virtud para la felicidad de cualquier comunidad.
Chiqui Vicioso
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X FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO
Según los autores renunciantes, el pleno nunca aprobó el programa definitivo del Festival. Se enteran cuando se publica en la prensa.
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Elvira Lora/Clave Digital
SANTO DOMINGO, República Dominicana
Tres miembros del comité organizador del Primer Festival Internacional de Poesía "Clima de Eternidad” renunciaron a sus funciones antes de la apertura del evento, anunciado por la Secretaria de Cultura como su principal apuesta para la edición de la X Feria Internacional del Libro. El cónclave comienza el 26 de abril y se extiende por cuatro días.
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Los poetas Ylonka Nacidit Perdomo y Tomás Castro Burdiez informaron que dimitieron al evento por considerarlo “elitista”, al enterarse por la prensa, el lunes 16 de abril, que el festival no se llevaría al pueblo. Las actividades se desarrollarán solo en las universidades, recinto ferial y el Centro León, en Santiago de los Caballeros.
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El tercer poeta renunciante, León David, atribuyó a “razones personales” su no participación. “Renuncio a cualquier responsabilidad e intervención mía en el Festival”, dijo a CLAVE. León David fue un miembro activo para el contacto de la mayoría de los 28 poetas internacionales que recitarán sus versos, junto a 45 poetas locales (en este renglón se incluyen los de la diáspora).
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La poeta Chiqui Vicioso, que también pertenece al comité organizador, explica las renuncias y el malestar entre poetas: “Lo que ha sucedido es que un pequeño gheto tomó las decisiones. Varios de los que fuimos nombrados en la comisión no tuvimos la oportunidad de participar (en las decisiones finales), nunca se nos informó de las reuniones”. Vicioso calificó el festival de excluyente, al impedir que poetas de las provincias participen y al dar mayor participación a editoras de países no caribeños.
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Pese a que pertenece al comité organizador, Vicioso supo por CLAVE cuándo será su participación (como leedora) en el Festival, pero compromisos previos podrían evitar que lo hiciera.
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También hay casos, como José Enrique García, a quien le pareció de mal gusto que se publicara su participación en la prensa, sin antes anunciárselo.
No obstante, el presidente del festival, José Mármol, señaló que la intención es que sea un encuentro bianual y que las críticas no dañarán el programa en el que participarán los poetas más representativos de Hispanoamérica.
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¿Cónclave morado?
Cuarenta y cinco poetas dominicanos (se incluyen los de la diáspora) leerán poesías. Catorce de los anunciados en el programa de lectura son funcionarios de Cultura, Educación y Cancillería. Diecinueve de los declamadores figuran en un documento en el que favorecían la candidatura del presidente Leonel Fernández (jueves 6 de mayo de 2004, periódicos Hoy y El Nacional). En total, 22 son reconocidos con tendencia al PLD (Partido de la Liberación Dominicana).
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CLAVE tiene copia del documento fechado el 28 de noviembre de 2006 en el cual el secretario de Cultura, José Rafael Lantigua, designó como presidentes de honor a los poetas Lupo Hernández Rueda, Víctor Villegas y Mariano Lebrón Saviñón.
El documento designa a José Mármol como presidente del Festival, y a Mateo Morrison como director ejecutivo. Los miembros fueron: Soledad Alvarez, León David, Alexis Gómez Rosa, Jeannette Miller, Basilio Belliard, Ylonka Nacidit Perdomo, León Félix Batista, Tomás Castro Burdiez, Plinio Chahín y César Zapata.
La responsabilidad de esta comisión serían las de designar a los encargados de áreas “que correspondan para la buena marcha del Festival”, pero éstas quedarán “supeditadas a la Dirección General de la Feria del Libro”.
“El programa general del evento, más el cronograma, invitados internacionales y participación nacional, etc, debe ser estudiado por el pleno de la Comisión”. Sin embargo, las dos reuniones del pleno, 23 y 30 de marzo, fueron canceladas, informó la poeta Nacidit-Perdomo.
Aunque Lantigua señalaba que el nombre oficial del Festival sería “Festival Internacional de Poesía X Aniversario Feria del Libro”, los comunicados remitidos a la prensa lo catalogan como Primer Festival Internacional de Poesía “Clima de Eternidad”.
Fuente: Clave Digital / Santo Domingo, República Dominicana---
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