FEROZ DOCUMENTAL SOBRE LOS EFECTOS DEL HURACÁN KATRINA
Spike Lee
El huracán Spike Lee
El director estadounidense agitó anoche la conciencia de sus compatriotas con el estreno de la primera parte de un feroz documental que cuenta cómo el Katrina arrasó hace un año Nueva Orleans.
BARBARA CELIS
EL PAÍS - 22-08-2006
"No sólo se rompieron los diques de Nueva Orleans. También nuestros espíritus". Phillys Montana LeBlanc no es célebre, ni rica, ni intelectual, ni experta en ningún campo del saber. Es pobre y de raza negra, como el 70% de los habitantes de una ciudad cuya existencia quedó sepultada bajo la inundación de despropósitos y negligencias que precedieron y siguieron al huracán Katrina el 29 de agosto del año pasado. Pero la voz de Phillys es tan importante o quizá más que la del alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, o el actor Sean Penn o el reverendo Al Sharpton o el músico Wynton Marsalis, protagonistas también del documental de Spike Lee When the Leeves broke: a requiem in four acts (Cuando se rompieron los diques: réquiem en cuatro actos), un filme de cuatro horas sobre el huracán Katrina y sus consecuencias cuya primera parte se emitió ayer en la cadena estadounidense HBO y del que hoy se mostrará la segunda. El próximo septiembre el documental tendrá su estreno internacional fuera de concurso en la Mostra di Cinema di Venezia,
When the leeves broke analiza en cuatro actos las causas, consecuencias y responsabilidades de la mayor catástrofe natural de Estados Unidos y también de la más vergonzosa de la historia moderna de ese país. Aunque Katrina apenas causó daños directos en Nueva Orleans, rompió los diques que separaban la urbe del lago Pontchartrain, sumergiendo bajo el agua los barrios más pobres de la ciudad y provocando la muerte de casi 1000 personas sin que el gobierno local o nacional reaccionaran.
Un año más tarde, el rastro de desolación dejado por la inundación sigue siendo tan visible como el primer día y las miles de familias que quedaron rotas, desplazadas y sin hogar aún carecen de futuro y esperanza, como muestra uno de los cuatro segmentos que componen del filme que se cierra llamando a la lucha ética, política y moral. "Un año después los diques siguen siendo frágiles. ¿Por qué en Holanda han sido capaces de construir diques fuertes y aquí no? Porque allí hay voluntad para hacerlo bien", ha denunciado el cineasta en la prensa.
Lee considera que lo que ocurrió en Nueva Orleans fue "un acto criminal" perpetrado por el gobierno estadounidense contra su propia población. Por eso sintió que era necesario contarlo.
El pasado miércoles la película se proyectó por primera vez en público en el corazón de Nueva Orleans, en un emotivo pase al que acudieron 10.000 personas y que provocó el aplauso unánime de la crítica, pese a algunas reservas de quienes han lamentado que Lee le diera demasiada voz a quienes piensan que fue el gobierno y no el huracán quien reventó los diques para salvar los barrios ricos de la ciudad. "Teniendo en cuenta el curriculum del gobierno estadounidense, yo no descartaría ninguna posibilidad", se ha defendido Lee.
El alma sangrante del documental de Spike Lee son los testimonios íntimos, cercanos y brutalmente reales de quienes, como Phillys, lo perdieron todo en el huracán. Ellos simbolizan la indignación, la supervivencia y el sentir popular. Sus palabras, precedidas por prólogos sonoros protagonizados por quienes transformaron Nueva Orleans en la cuna de la música negra -Louis Armstrong, Fats Domino, Alain Toussaint...- son como una estocada para el corazón del espectador, al igual que todo el metraje de un documental nacido para sacudir las conciencias de los estadounidenses y sobre todo, de su gobierno.
Esa es una de las especialidades del director neoyorquino de 49 años, sobre todo cuando lo que está en juego es la dignidad de la raza negra que, como todo el planeta pudo observar por televisión el año pasado, fue literalmente abandonada a su suerte por las autoridades locales y federales tras el paso del huracán Katrina. "Sólo aspiro a que la gente salga de este documental pensando que lo que ocurrió no fue culpa de un montón de colgados que decidieron vivir bajo el nivel del mar. Lo que ocurrió es producto de las decisiones de nuestro gobierno. La Guardia Nacional no estaba en Nueva Orleans, estaba en Irak. No hace falta que sea un huracán. Podría ser la falla de San Andrés. Cualquiera puede ser la próxima víctima", ha declarado este director al diario Los Angeles Times.
Lee es uno de los escasos cineastas estadounidenses de raza negra y quizás por eso su filmografía siempre ha tenido cierta carga de denuncia política y social en relación a los problemas de ese 17% de la población estadounidense que vive en condiciones mucho peores que la media nacional.
Haz lo que debas, Jungle Fever, Crooklyn o The summer of Sam son algunos de los títulos que le han hecho célebre contando historias de ficción en las que la realidad social de esa minoría azotaba las conciencias. Pero con este documental, Lee ha confirmado algo más que las desigualdades raciales: las desigualdades de clase. "En Estados Unidos, si eres pobre, estás jodido. Para todos esos blancos de Nueva Orleans fue una llamada de atención porque el gobierno les trató tan mal como a los negros", ha dicho Lee.
Pero el color de la piel no salva a nadie de convertirse en villano. Una de las principales vapuleadas de su documental es Condoleezza Rice, la mujer de raza negra con mayor poder del gobierno de Bush, cazada comprando zapatos en la Quinta Avenida de Nueva York mientras Nueva Orleans agonizaba. Para Lee, eso fue imperdonable: "La gente se estaba muriendo. Cuando haces algo así, te conviertes en parte del problema".
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El huracán Spike Lee
El director estadounidense agitó anoche la conciencia de sus compatriotas con el estreno de la primera parte de un feroz documental que cuenta cómo el Katrina arrasó hace un año Nueva Orleans.
BARBARA CELIS
EL PAÍS - 22-08-2006
"No sólo se rompieron los diques de Nueva Orleans. También nuestros espíritus". Phillys Montana LeBlanc no es célebre, ni rica, ni intelectual, ni experta en ningún campo del saber. Es pobre y de raza negra, como el 70% de los habitantes de una ciudad cuya existencia quedó sepultada bajo la inundación de despropósitos y negligencias que precedieron y siguieron al huracán Katrina el 29 de agosto del año pasado. Pero la voz de Phillys es tan importante o quizá más que la del alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, o el actor Sean Penn o el reverendo Al Sharpton o el músico Wynton Marsalis, protagonistas también del documental de Spike Lee When the Leeves broke: a requiem in four acts (Cuando se rompieron los diques: réquiem en cuatro actos), un filme de cuatro horas sobre el huracán Katrina y sus consecuencias cuya primera parte se emitió ayer en la cadena estadounidense HBO y del que hoy se mostrará la segunda. El próximo septiembre el documental tendrá su estreno internacional fuera de concurso en la Mostra di Cinema di Venezia,
When the leeves broke analiza en cuatro actos las causas, consecuencias y responsabilidades de la mayor catástrofe natural de Estados Unidos y también de la más vergonzosa de la historia moderna de ese país. Aunque Katrina apenas causó daños directos en Nueva Orleans, rompió los diques que separaban la urbe del lago Pontchartrain, sumergiendo bajo el agua los barrios más pobres de la ciudad y provocando la muerte de casi 1000 personas sin que el gobierno local o nacional reaccionaran.
Un año más tarde, el rastro de desolación dejado por la inundación sigue siendo tan visible como el primer día y las miles de familias que quedaron rotas, desplazadas y sin hogar aún carecen de futuro y esperanza, como muestra uno de los cuatro segmentos que componen del filme que se cierra llamando a la lucha ética, política y moral. "Un año después los diques siguen siendo frágiles. ¿Por qué en Holanda han sido capaces de construir diques fuertes y aquí no? Porque allí hay voluntad para hacerlo bien", ha denunciado el cineasta en la prensa.
Lee considera que lo que ocurrió en Nueva Orleans fue "un acto criminal" perpetrado por el gobierno estadounidense contra su propia población. Por eso sintió que era necesario contarlo.
El pasado miércoles la película se proyectó por primera vez en público en el corazón de Nueva Orleans, en un emotivo pase al que acudieron 10.000 personas y que provocó el aplauso unánime de la crítica, pese a algunas reservas de quienes han lamentado que Lee le diera demasiada voz a quienes piensan que fue el gobierno y no el huracán quien reventó los diques para salvar los barrios ricos de la ciudad. "Teniendo en cuenta el curriculum del gobierno estadounidense, yo no descartaría ninguna posibilidad", se ha defendido Lee.
El alma sangrante del documental de Spike Lee son los testimonios íntimos, cercanos y brutalmente reales de quienes, como Phillys, lo perdieron todo en el huracán. Ellos simbolizan la indignación, la supervivencia y el sentir popular. Sus palabras, precedidas por prólogos sonoros protagonizados por quienes transformaron Nueva Orleans en la cuna de la música negra -Louis Armstrong, Fats Domino, Alain Toussaint...- son como una estocada para el corazón del espectador, al igual que todo el metraje de un documental nacido para sacudir las conciencias de los estadounidenses y sobre todo, de su gobierno.
Esa es una de las especialidades del director neoyorquino de 49 años, sobre todo cuando lo que está en juego es la dignidad de la raza negra que, como todo el planeta pudo observar por televisión el año pasado, fue literalmente abandonada a su suerte por las autoridades locales y federales tras el paso del huracán Katrina. "Sólo aspiro a que la gente salga de este documental pensando que lo que ocurrió no fue culpa de un montón de colgados que decidieron vivir bajo el nivel del mar. Lo que ocurrió es producto de las decisiones de nuestro gobierno. La Guardia Nacional no estaba en Nueva Orleans, estaba en Irak. No hace falta que sea un huracán. Podría ser la falla de San Andrés. Cualquiera puede ser la próxima víctima", ha declarado este director al diario Los Angeles Times.
Lee es uno de los escasos cineastas estadounidenses de raza negra y quizás por eso su filmografía siempre ha tenido cierta carga de denuncia política y social en relación a los problemas de ese 17% de la población estadounidense que vive en condiciones mucho peores que la media nacional.
Haz lo que debas, Jungle Fever, Crooklyn o The summer of Sam son algunos de los títulos que le han hecho célebre contando historias de ficción en las que la realidad social de esa minoría azotaba las conciencias. Pero con este documental, Lee ha confirmado algo más que las desigualdades raciales: las desigualdades de clase. "En Estados Unidos, si eres pobre, estás jodido. Para todos esos blancos de Nueva Orleans fue una llamada de atención porque el gobierno les trató tan mal como a los negros", ha dicho Lee.
Pero el color de la piel no salva a nadie de convertirse en villano. Una de las principales vapuleadas de su documental es Condoleezza Rice, la mujer de raza negra con mayor poder del gobierno de Bush, cazada comprando zapatos en la Quinta Avenida de Nueva York mientras Nueva Orleans agonizaba. Para Lee, eso fue imperdonable: "La gente se estaba muriendo. Cuando haces algo así, te conviertes en parte del problema".
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1 Comments:
Espero que el documental se estrene pronto en los cines españoles. Éste director no tiene pelos en la lengua y el "Katrina" ha sido mucho más que un huracán.
Javier
Alcalá de Henares.
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